Bizcocho de limón y jengibre
¿En qué momento nos encontramos de nuevo a las puertas de octubre? ¿Cuánto tiempo llevo sin publicar por aquí? Y lo más importante, ¿sigues ahí?
Reconozco que ya no sé si estoy capacitada para escribir, o si he perdido la habilidad de combinar palabras para formar una frase mínimamente coherente, pero como no tengo que rendir cuentas ante ningún editor voy a sentenciar que sigo siendo relativamente competente. Últimamente coexisto con una nube que no se aparta de mi cabeza, he pensando en ponerle nombre pero eso sería darle importancia y lo que busco es justo lo contrario, que se vaya. Esta nueva inquilina tiene la manía de enturbiar mi rutina y hacerme sentir como si viviera bajo una bruma que me pesa y ralentiza y acaba por hacer, de la tarea más sencilla, una escalada inasumible que es mejor abandonar en favor de un momento de calma en el sofá.
Entre las cosas que hago últimamente destaco:
- Leer ficción
- Comer cucharadas de crema de cacao
- Agobiarme excesivamente por el futuro
- Escuchar Matilda de Harry Styles
- Convivir con un dolor de espalda constante
Siento que yo misma he activado una cuenta atrás que tiene el único fin de obstaculizar más mis días, no tiene un límite establecido o un pitido acelerado que indique la aproximación de una explosión, es más bien un parpadeo silencioso que existe para recordarme que se me acaba el tiempo, pero ¿el tiempo para qué? Para intentar algo, atreverme o elegir el camino por el que quiero orientar mi vida. Supongo que esta inquietud se ha instalado en mí porque no tengo la respuesta a este último planteamiento y ni mi estómago ni mi cabeza son capaces de digerir esta realidad. La alarma se nutre de la nube, o viceversa y juntas crean una dupla maravillosamente venenosa y yo mientras espero, espero una solución o fórmula mágica como una combinación de ingredientes dispares que ofrecen un resultado inesperado pero gratificante, espero porque la experiencia me dice que cuando no sabes hacia dónde ir lo mejor es seguir caminando, pacientemente y haciéndolo lo mejor posible, hasta que la bruma se comience a disipar o por lo menos no te ciegue tanto.
BIZCOCHO DE LIMÓN Y JENGIBRE
INGREDIENTES
Para el bizcocho
. 80 gr de aceite de girasol o de oliva suave
. 200 gr de azúcar
. 4 huevos
. 400 gr de harina
. 120gr de yogur griego o buttermilk
. 15 gr de levadura
. Pizca de sal al gusto
. Ralladura de tres limones y el zumo sin pulpa
. Una rodaja de jengibre fresco de unos 3 cm
Para el glaseado
. Azúcar glas
. Zumo de limón sin pulpa
PROCESO
Precalentamos el horno a 170º
- Batimos el azúcar y el aceite
- Añadimos los huevos, cuando estén incorporados, aunque tengan una textura cortada añadimos el yogur, el zumo y la ralladura de limón y el jengibre fresco rallado.
- Mezclamos la levadura y la harina, puedes añadir una pizca de sal si quieres, a mí me gusta añadir sal siempre.
- Añadimos los secos y lo mezclamos todo con una espátula lo justo para que se incorpore bien.
- Horneamos unos 40 minutos a 170 º o hasta que al introducir la punta de un cuchillo salga limpia.
- Cuando el bizcocho esté horneado, nada más salir del horno, lo pinchamos con un tenedor y vertemos el zumo de limón colado, esto le va a dar más sabor a limón y más textura al bizcocho .
- Para el glaseado, tamizamos el azúcar glas y lo vamos mezclando poco a poco con zumo de limón sin pulpa hasta obtener una textura espesa.
- Cuando el bizcocho esté frio, lo cubrimos con el glaseado.